Nuestra producción actual

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Temporada en Monterrtey del 12 de enero al 5 de febrero

Hay otros mundos, pero están en este, hay otras vidas, pero están en tí.

Paul Eluàrd

martes, 6 de julio de 2010


Ante los casos de emergencia ocurridos en la zona metropolitana de Monterrey, por las inundaciones de calles y viaductos a consecuencia del huracán Alex, es preciso destacar la ejemplar acción de los rescatistas.
Es deseable que este tipo de acciones solidarias se renueven día con día y se vuelvan costumbre y forma de ser en cada una de las manifestaciones de nuestra vida. Esta dramática experiencia que estamos viviendo en nuestra adinerada y orgullosa ciudad, con la falta servicios y el caos vial, debe hacernos reaccionar y nos lleve a bajarle el tono a la altanería “regia” que hemos adquirido en las últimas décadas.
Monterrey y su gente éramos antes muy diferentes. Ahora permean en la sociedad: el egoísmo, la prepotencia, la mala educación, la vulgaridad, la discriminación, y el clasismo. Es urgente y necesario, empezar a bajarle el tono a la altanería y empezar a probar que se puede convivir fraternalmente si cada uno de nosotros lo propone y lo aplica cotidianamente, si empieza a pensar en los demás y no solamente en uno mismo.


Ante los casos de emergencia ocurridos en la zona metropolitana de Monterrey, por las inundaciones de calles y viaductos a consecuencia del huracán Alex, es preciso destacar la ejemplar acción de los rescatistas.
Es deseable que este tipo de acciones solidarias se renueven día con día y se vuelvan costumbre y forma de ser en cada una de las manifestaciones de nuestra vida. Esta dramática experiencia que estamos viviendo en nuestra adinerada y orgullosa ciudad, con la falta servicios y el caos vial, debe hacernos reaccionar y nos lleve a bajarle el tono a la altanería “regia” que hemos adquirido en las últimas décadas.
Monterrey y su gente éramos antes muy diferentes. Ahora permean en la sociedad: el egoísmo, la prepotencia, la mala educación, la vulgaridad, la discriminación, y el clasismo. Es urgente y necesario, empezar a bajarle el tono a la altanería y empezar a probar que se puede convivir fraternalmente si cada uno de nosotros lo propone y lo aplica cotidianamente, si empieza a pensar en los demás y no solamente en uno mismo.