lunes, 28 de diciembre de 2009
El Peyote: La planta sagrada de México
Existe una puerta dentro de nuestras mentes que normalmente permanece oculta y secreta hasta el momento de morir. La designación huichol para ella es nieríka. La nieríka es un acceso o superficie de contacto cósmico entre las llamadas realidades "ordinaria" y "no ordinaria". Constituye un paso y, al mismo tiempo, una barrera entre los mundos.
domingo, 27 de diciembre de 2009
Inefable
Ideal, con tu plena y constante sonrisa,
representas en mi vida
un papel motivador
pues eres sin proponértelo
Amor ideal, inalcanzable, inefable.
Nunca consolidamos la entrega
y aún así, eres presencia vital
antes, ahora y en mi solitario devenir.
Te encuentro en el amanecer
en el sol poniente y en la noche íntima.
Te apareces repentinamente
en las imágenes cotidianas.
Me deslumbras en el agua,
reflejo de tu transparencia,
luz de espejo que sale de tus ojos
y penetra a los míos en catártica posesión.
sábado, 26 de diciembre de 2009
"Para ser realmente grande, hay que estar con la gente, no por encima de ella".
Charles Louis de Secondat, Señor de la Brède y Barón de Montesquieu (18 de enero de 1689 - 10 de febrero de 1755), fue un cronista y pensador político francés que vivió en la llamada Ilustración. Montesquieu es uno de los filósofos y ensayistas ilustrados más relevantes en especial por la articulación de la teoría de la separación de poderes, que se da por descontado en los debates modernos sobre los gobiernos, y ha sido implementado en muchas constituciones a lo largo del mundo.
DE COMO ALCANZAR GRANDES ALTURAS Un poema "setentero" de Elsa Cross
Oh principiante
tenlo todo dispuesto
Si no sabes hacerlo
busca una persona sabia que te instruya
o en su ausencia
el artefacto que sirve a estos fines
Pero antes se requieren sábanas muy limpias
los maestros aconsejan
que estas sean blancas , amarillas
y preferiblemente oscuras.
Son importantes los colores.
Después debes untarlas con resina
de esa que dejan los trabajos previos
en los instrumentos auxiliares.
Pero obtendrás mejores resultados
si consigues primero la materia prima
en Morelos, Guerrero y Nuevo León
se encuentra la mejor.
Haz las cosas limpiamente
separa las sustancias con cuidado
y no cedas a la tentación de despreciar alguna
que la materia es santa
y todo tiene su lugar y su fin dentro del orden
como dicen grandes maestros de la alquimia.
Así pues, no menosprecies tú lo más humilde
las pequeñas florecitas secas aferradas al tallo
pues solo de ellas obtendremos la sustancia
para realizar la gran labor
Si en el material hallaras por acaso
humedad o inmadurez alguna
déjalo secar al sol hasta que esté dispuesto.
luego se limpia, se pulveriza, se purifica
y ennegrece, amarillea o blanquea
según el color de la sábana elegida
antes de someterse al fuego.
Cuida que las circunstancias sean propicias
Después se procede de este modo:
teniendo listo el material
obra del agua y de la tierra
pasará este por el fuego
sufriendo al mismo tiempo
largas succiones y expulsiones de aire
hasta su consunción total
Los cuatro elementos integrados
cumplen el trabajo
Renacerás tú de las cenizas
como cuerpo etéreo
desafiando la ley de gravedad.
Este es el secreto de la magna elevación
pero si acaso te pasas de altura
o te azotas de pronto contra el suelo
consulta los manuales pertinentes.
Elsa Cross/ Peach Melba, Poesía en el Mundo. Monterrey México 1970
viernes, 25 de diciembre de 2009
Nació Jesús hace 2009 años
Pobrecillo, pobrecillo, dijo ella, y acto continuo, abriéndose la túnica, le dio de mamar, primero del seno izquierdo, se supone que por estar más cerca del corazón. Jesús, suspiró con dulce satisfacción, sintiendo en el rostro el suave peso del seno, la humedad de la piel al contacto de otra piel. La boca se le llenó del sabor dulce de la leche materna y la ofensa entre las piernas, insoportable antes, se fue haciendo más distante, disipándose en una especie de placer que nacía y no acababa de nacer, como si lo detuviera un umbral, una puerta cerrada o una prohibición. Al crecer, irá olvidando estas sensaciones primitivas, hasta el punto de no poder ni imaginar que las hubiera experimentado, así ocurre con todos nosotros, dondequiera que hayamos nacido, de mujer siempre y sea cual sea el destino que nos espera.
(Fragmento editado de El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago.
(Fragmento editado de El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago.
jueves, 24 de diciembre de 2009
Poemas de Verano
Terapia de pareja
La energía eléctrica se fue desde en la tarde
y la noche nos sorprendió empapados en sudor.
Fue durante la canícula, julio del 87
habíamos reñido el día anterior
y no se avizoraban, ni aceptación de culpa, ni reconciliación
y encima el fastidiode soportar el calor sin ventilación.
Los hielos del refrigerador pronto se agotaron derretidos o consumidos.
y la ropa de dormir fue expulsada.
Tal vez al unísono pensamos en la regadera
pues al mismo tiempo estábamos frente a la puerta del baño.
Y entonces se produjo la fórmula mágica.
- Tú primero.
- No mejor tú.
Y a este diálogo siguieron señales de contrición
de culpas, de tolerancia, y sobre todo de amor:
Nuestros cuerpos se enlazaron en empapada fusión
mientras el agua se comportaba como catalizador.
Y aplicamos por buen tiempo la lección que nos quedó:
Una ducha compartida disipa cualquier tensión.
La energía eléctrica se fue desde en la tarde
y la noche nos sorprendió empapados en sudor.
Fue durante la canícula, julio del 87
habíamos reñido el día anterior
y no se avizoraban, ni aceptación de culpa, ni reconciliación
y encima el fastidiode soportar el calor sin ventilación.
Los hielos del refrigerador pronto se agotaron derretidos o consumidos.
y la ropa de dormir fue expulsada.
Tal vez al unísono pensamos en la regadera
pues al mismo tiempo estábamos frente a la puerta del baño.
Y entonces se produjo la fórmula mágica.
- Tú primero.
- No mejor tú.
Y a este diálogo siguieron señales de contrición
de culpas, de tolerancia, y sobre todo de amor:
Nuestros cuerpos se enlazaron en empapada fusión
mientras el agua se comportaba como catalizador.
Y aplicamos por buen tiempo la lección que nos quedó:
Una ducha compartida disipa cualquier tensión.
No pude detener los elefantes/Carmen Alardin
NO PUDE DETENER LOS ELEFANTES
PUEDO JURAR QUE YO HICE LO POSIBLE. Lo imposible tal vez. Pero su fuerza fue más poderosa. Aparecían de todas partes de la ciudad. Se asomaban por todos los escaparates. Brotaban de los cristales fríos y dispersos con un ritmo de marcha militar. El ángel de la independencia se asombró también cuando pasaron. No sé si fueron tres seis, diez elefantes; pero una vez reunidos, tuve que alimentar su espíritu con complicados cuentos de la selva. Se entusiasmaron mucho con mis historias y sus asambleas adquirieron un carácter universal. Por más que traté de poner fin a sus reuniones no quisieron seguir mi consejo; y un día de año nuevo astral, decidieron marchar en dirección a tu casa. Me prometieron darte suerte en el dinero. Yo había escuchado que multiplican la fortuna; pero que deben tener la trompa para arriba. El hecho es que yo no pude detener los elefantes.
Créeme que lo siento de verdad. Yo sé que los regalos te disgustan. Sobre todo esa clase de regalos. Pero ellos decidieron irse contigo por unanimidad.
Yo les advertí que a ti podría darte pena, que sobre todo no tendrías tiempo de atenderlos. Me imagino que son capaces hasta de hacer perder el tiempo nuevamente a Marcel Proust. Ellos no me hicieron el menor caso y emprendieron el camino hacia tus dominios; además dijeron que aquí no podrían permanecer por más tiempo, que este lugar estaba lleno de gatos sagrados y minotauros escapados del laberinto.
A manera de consuelo te diré que nunca han sido elefantes de circo, ni sentido la aspereza de la prisión sobre su piel. Tampoco son los elefantes sofisticados de las películas de Tarzán. Estos elefantes nacieron para ser tuyos, no para ser libres no esclavos. Llevan la marca de que son de tu propiedad en el pie derecho, o tal vez en el izquierdo, no me fijé.
Podrás apreciar que no se trata de elefantes pesados. Pueden danzar con música de Mozart, siempre que no recuerden que a este músico le faltaba el dinero. Puedes bañarlos con cualquier detergente. Debes pedirles el oro de las minas de Salomón. Y en las noches de luna, acuérdate de poner sobre sus lomos una bailarina de papel, como aquella que estaba enamorada del soldadito de plomo.
Cuando sientas que están cansados, promételes que les tomarás fotografías, que les harás una película especial, y que serán famosos. Ya verás que enseguida se reaniman. No les hables jamás de la memoria, porque eso se los menciona toda la gente.
Que nunca vayan a pensar que estás triste, porque a estos elefantes a menudo les da por llorar. No les cuentes historias de amor, llegarían a ponerse celosos. Ellos han aprendido a quererte tanto como yo.
Los elefantes te presienten cuando se acerca la primavera. Con gusto te llevarían a dar la vuelta al mundo. Cuando sientas un muro que te angustia, ellos tendrán un gran placer en derribarlo; aplastarán gozosos todos los obstáculos que se interfieran en tu camino. De ser necesario, me aplastarán incluso a mí.
Nunca se sabe cuando tienen sed, pero les dije que sólo podrías invitarlos a tomar alguna bebida tropical y les pareció perfecto. No pusieron ninguna objeción. No les dije qué música prefieres, pero ellos ya sabían que entre los poetas te gustaba mucho Baudelaire.
Si llegara el día en que no te sirvan para nada, puedes olvidarlos; mas no trates jamás de detenerlos, porque su paso lento y decisivo, lleva en sí los ritmos más hondos, y los más poderosos secretos del corazón.
PUEDO JURAR QUE YO HICE LO POSIBLE. Lo imposible tal vez. Pero su fuerza fue más poderosa. Aparecían de todas partes de la ciudad. Se asomaban por todos los escaparates. Brotaban de los cristales fríos y dispersos con un ritmo de marcha militar. El ángel de la independencia se asombró también cuando pasaron. No sé si fueron tres seis, diez elefantes; pero una vez reunidos, tuve que alimentar su espíritu con complicados cuentos de la selva. Se entusiasmaron mucho con mis historias y sus asambleas adquirieron un carácter universal. Por más que traté de poner fin a sus reuniones no quisieron seguir mi consejo; y un día de año nuevo astral, decidieron marchar en dirección a tu casa. Me prometieron darte suerte en el dinero. Yo había escuchado que multiplican la fortuna; pero que deben tener la trompa para arriba. El hecho es que yo no pude detener los elefantes.
Créeme que lo siento de verdad. Yo sé que los regalos te disgustan. Sobre todo esa clase de regalos. Pero ellos decidieron irse contigo por unanimidad.
Yo les advertí que a ti podría darte pena, que sobre todo no tendrías tiempo de atenderlos. Me imagino que son capaces hasta de hacer perder el tiempo nuevamente a Marcel Proust. Ellos no me hicieron el menor caso y emprendieron el camino hacia tus dominios; además dijeron que aquí no podrían permanecer por más tiempo, que este lugar estaba lleno de gatos sagrados y minotauros escapados del laberinto.
A manera de consuelo te diré que nunca han sido elefantes de circo, ni sentido la aspereza de la prisión sobre su piel. Tampoco son los elefantes sofisticados de las películas de Tarzán. Estos elefantes nacieron para ser tuyos, no para ser libres no esclavos. Llevan la marca de que son de tu propiedad en el pie derecho, o tal vez en el izquierdo, no me fijé.
Podrás apreciar que no se trata de elefantes pesados. Pueden danzar con música de Mozart, siempre que no recuerden que a este músico le faltaba el dinero. Puedes bañarlos con cualquier detergente. Debes pedirles el oro de las minas de Salomón. Y en las noches de luna, acuérdate de poner sobre sus lomos una bailarina de papel, como aquella que estaba enamorada del soldadito de plomo.
Cuando sientas que están cansados, promételes que les tomarás fotografías, que les harás una película especial, y que serán famosos. Ya verás que enseguida se reaniman. No les hables jamás de la memoria, porque eso se los menciona toda la gente.
Que nunca vayan a pensar que estás triste, porque a estos elefantes a menudo les da por llorar. No les cuentes historias de amor, llegarían a ponerse celosos. Ellos han aprendido a quererte tanto como yo.
Los elefantes te presienten cuando se acerca la primavera. Con gusto te llevarían a dar la vuelta al mundo. Cuando sientas un muro que te angustia, ellos tendrán un gran placer en derribarlo; aplastarán gozosos todos los obstáculos que se interfieran en tu camino. De ser necesario, me aplastarán incluso a mí.
Nunca se sabe cuando tienen sed, pero les dije que sólo podrías invitarlos a tomar alguna bebida tropical y les pareció perfecto. No pusieron ninguna objeción. No les dije qué música prefieres, pero ellos ya sabían que entre los poetas te gustaba mucho Baudelaire.
Si llegara el día en que no te sirvan para nada, puedes olvidarlos; mas no trates jamás de detenerlos, porque su paso lento y decisivo, lleva en sí los ritmos más hondos, y los más poderosos secretos del corazón.
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